Teoría de la Motivación
Integrantes
30 sept 2012
27 sept 2012
18 sept 2012
2.1
TEORÍA DE LA MOTIVACIÓN
2.1.1 DEFINICIÓN
Al buscar una definición sobre la palabra motivación en el
diccionario, encontraremos explicaciones como: “acción y efecto de motivar”,
“causa o motivo de algo”, “razonamiento para llevar a cabo una acción”,
etcétera, sin embargo, al hacer un análisis de su etimología latina “motivus”,
conoceremos el concepto básico de la palabra que es “ aquello que te mueve”,
explicado de otra manera por Wolkolf, “
la motivación se puede definir, como la fuerza que hay en una persona para satisfacer una necesidad, lo que lo empuja a
realizar esa acción”.
2.1.2 HISTORIA DE LAS TEORÍAS DE
MOTIVACIÓN
Para muchas personas, definir la palabra “vida” sería un
trabajo tedioso e inclusive podría resultar muy fatídico, sin embargo, para los
eruditos del pretérito y de la actualidad, resulta ésto una tarea muy agradable
por la cantidad de “definiens” que se le brinda a un mismo “definiendum”, es
decir, que el número de definiciones que pudiéramos encontrar en ésta palabra,
pudiera llegar a ser el mismo que el número de personas abocadas a realizar
ésta tarea, principalmente por la posible subjetividad de las mismas, o bien,
por la diversidad de expresiones que ésta genera acorde a un tiempo y un
espacio, lo cual a ayudado a comprender el motivo de ser de las personas y
vinculado a nuestro tema de estudio, responder que mueve el actuar de la gente.
Algunas ciencias fácticas, empezaron a
tener auge en la explicación de conceptos vinculados a la materia viva desde el
siglo XVII y ya en el siglo XIX, una de éstas, la biología, propuso tres
direcciones para la explicación de la motivación. Una de ellas, la constituye
el resurgir del mecanicismo retomado por Ernest Brucke, quien afirmó que
bastaba la física y la química para entender el comportamiento humano.
La segunda de éstas, la constituye la teoría
de la evolución propuesta por Charles Darwin, entendida en éste ámbito, como
las características y comportamientos distintivos de un individuo que pueden
ser cambiantes o adaptables al medio en que se desarrollan, para lo cual es
necesaria la motivación. La tercera de éstas, emanada por Claude Bernard,
vincula el comportamiento como un resultado de la propia homeostasis de un
individuo.
Estas respuestas pertenecientes a la biología,
nos brindan ideas y sólo ideas sobre un tema del cual es difícil postular algo
como correcto y universal, ya que en estos tópicos, es fácil impregnarse de respuestas
subjetivas acorde a cada personalidad, por lo cual podemos ejemplificar otras
ideas o aseveraciones como las psicoanalíticas de Sigmund Freud, quien veía el
comportamiento como el resultado de energías básicas, mismas que acentuaban la fuerza irracional de la
naturaleza; una fuerza de vida “Eros” y una fuerza de muerte “Thanatos” o
pertenecientes simplemente a la psicología como las de William James , que
opina que “el hombre posee
mayor número de instintos que cualquier otro animal”(aludiendo a las propuestas de
René Descartes sobre el tema) o bien ideas de William McDougall, quien dice
simplemente que “ los
instintos son la fuente fundamental del comportamiento” los cuales son entendidos aún en
la actualidad como algo que es natural y espontáneo, siendo en etología algo
hereditario en el comportamiento de una clase.
Es normal en cualquier ámbito de la
vida, tender a cambiar distintos aspectos de ésta, ya sea simplemente porque
dejan de funcionar o porque aparecen nuevas ideas que revolucionan los
conceptos tenidos desde antes, ejemplo de esto, bien pudiera ser el tema de las
lenguas griegas y latinas, que en la actualidad tienen un concepto bífido, ya
que por un lado pueden ser entendidas como lenguas muertas (debido a la
evolución citada) y por el otro, pueden ser consideradas como lenguas madres
“que siguen vivas en nuestra lengua actual por constituir una base para ésta”.
Lo mismo pudo haber ocurrido de no haberse suscitado el concepto de impulso
vinculado a la definición bien argumentada de McDougall sobre la motivación,
aludiendo ésta al término instinto, éste nuevo concepto fue definido por Woodworth
como las condiciones fisiológicas que preparan el comportamiento y ayudan a su
consumación.
De una manera concreta podemos decir que
la motivación es una combinación de procesos intelectuales, fisiológicos y
psicológicos que decide, en una situación dada, con qué vigor se actúa y en qué
dirección se encauza la energía, la cual deriva del “impulso”, condición de la
que se suscitaron dos teorías diferentes para tratar de explicarlo;
Teoría Local del impulso (a partir de 1920):
Para distinguir la materia viva
de lo que no lo es, se han presentado características para englobar esta parte
de un todo, una de las cuales, es la organización específica, que determina,
que en los seres vivos, estrictamente en su estructura, existen partes que
conforman una totalidad, la cual se acapara en distintos niveles de
organización, es decir, que pequeños
elementos forman cadenas de sistemas cada vez más complejos para dar origen a
un organismo con vida, teniendo así en cada uno de estos, primeramente,
partículas subatómicas, luego átomos, después moléculas, organelos, células,
tejidos, posteriormente órganos que dan lugar a sistemas de órganos, y
finalmente, a organismos vivos. Los participantes de la teoría local del
impulso como Dunlap y Dashiell, dicen pues, que en los tejidos es donde se
localiza el impulso y que partes fragmentadas de nuestro cuerpo piden lo que
necesitan y debemos obedecerlas.
Teoría Central del impulso (a partir de
1935):
Los impulsivistas de ésta
teoría, definen el impulso como algo interno de manera difusa, no sólo en los
tejidos como lo decían los de la teoría local, sino que esto alcanzaba niveles
de complejidad muy grandes en un ser vivo como el propio organismo entero.
“Es importante mencionar que ambas
teorías tuvieron diferentes argumentos para ser aceptadas, sin embargo habían
otros que refutaban sus posturas, los cuales, en el caso de la teoría central
del impulso, fueron determinantes para entender que muchas veces los estímulos
externos podían excitar un organismo hacía un fin determinado, lo cual guiaría
su nueva conducta”.
Al entenderse que el medio también juega un
papel muy importante en el desempeño de las personas, aparecieron teorías como
las del incentivo, que determina la fuerza de actuar como algo que se suscita
por las recompensas que se recibirán al final del trabajo, o las frustraciones
que tiene el no poseer algo determinado,
dicho de otra manera por Nietzsche “Quien
tiene un por qué para vivir, encontrará casi siempre un cómo”.
De ésta última teoría mencionada
encontramos pues, personajes como Zeaman, quien descubre que los incentivos
producen hábitos, y estos a su vez tienen dos efectos, el primero dice que la
visión agradable del logro de un objetivo (incentivo) tendrá efectos sobre el
comportamiento según el grado de provecho que de este se saque, y el otro
postula que el cambio en la ejecución del objetivo tiene efectos en el
comportamiento; o bien seres como Amsel y Rousell que dicen que la propia
frustración tiene efectos estimulantes hacia la ejecución del comportamiento.
Young por su parte, al realizar un análisis en los animales, postula que en
ellos se reproducen diversos grados de tensión cuando buscan algo deseado que
cuando no lo hacen, y por último McClelland propone el concepto de la anticipación por indicios,
es decir saber los frutos o recompensas de una actitud, y de ésta manera
buscarlas.
Podemos decir entonces que la motivación
es anterior al resultado, puesto que esta implica un impulso para conseguirlo;
mientras que la satisfacción es posterior al resultado, ya que es lo que se obtiene
de lo experimentado; sin embargo como se ha mencionado, es complejo determinar
algunos conceptos como la motivación, la vida, el amor, entre otros, por lo
cual sólo queda reconocer distintas teorías y aceptar la que más se apegue a
nuestra realidad. Es así como después de que decae la teoría del incentivo, la
tendencia de tener una teoría totalmente explicativa para la motivación humana
desaparece, gestándose un nuevo proceso que lleve casi 60 años, las
micro-teorías. De entre las cuales encontramos la teoría de la Disonancia
Cognitiva, la Teoría de las Motivaciones de Maslow, entre otras.
2.1.3
TIPOS DE MOTIVACIÓN
Finalmente, podemos distinguir varias clases de motivación
concluidas luego de varios postulados, clasificadas por González en 1990, como:
-Positivas: es la que provoca
una conducta con la que obtendremos algo agradable.
-Negativas: es la que provoca una
conducta para evitar algo desagradable.
-Intrínseca: es aquella que
despierta interés por los logros de la actividad misma.
-Extrínseca: es la que impulsa
hacia la actividad por un interés de algo ajeno a la propia actividad, constituyendo un medio para
llegar a un fin y no el fin mismo.
BIBLIOGRAFÍA:
El Sahili González Luis Felipe
Ali, et al, “Desarrollo Humano”, Grupo de servicios gráficos del centro, 2012,
México.
Blanca Elba Magaña Romero,
“Orientación educativa y proyecto de vida”, Anglo Publishing, 2012, México.
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